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Renovación en el Externado, teoría y práctica

Actualizado: 2 oct 2022

«Las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas.»

Paulo Coelho.

El cambio fue la idea que germinó en un grupo numeroso de profesoras y profesores que pensaron que se podía elevar el Externado al nivel de las mejores universidades en el mundo. No obstante, el cambio no fue posible sin comprometerse y asumir riesgos. Después de casi un año, y a pesar de los riesgos y sacrificios que suponen la participación en debates neurálgicos sobre la gobernanza de la vida universitaria, se han realizado cambios transcendentales que, entre otras cosas, han sido reconocidos como modelos a seguir, además no provienen de asesores externos sino de la comunidad de profesoras y profesores.


En el mundo se discute sobre los nuevos modelos de gobernanza universitaria y esta discusión gira alrededor de el resultado delas tensiones entre el modelo de gobernanza Humboltiano y Napoleónico1. Esto es, una discusión sobre cómo los académicos deben estar a cargo de la administración de la universidad con una lógica más académica y humanista. En mi opinión, en el Externado los profesores y profesoras de hora cátedra, de tiempo completo, investigadores, los conocidos y no conocidos, con esta nueva administración, se tomaron la universidad con el propósito de llevarla al siguiente nivel y mantener una relación equilibrada entre lo académico y lo económico.


Uno de los cambios trascendentales, sin duda, fue la renovación del Consejo Directivo y la consulta del Rector, pero también, la creación de las mesas temáticas (Financiera, Género, Gobernanza, Estatuto Profesoral, Formación en Exterior y la próxima, la de Pedagogía), que se gestaron en este grupo de profesores y se formalizaron en el seno del Consejo de Profesores.


Las mesas temáticas no sólo han tenido el poder de crear nuevas relaciones sociales en el Externado, sino también demostrar que tenemos como profesores la capacidad de repensar la universidad, respetando los principios heredados de los fundadores y su patrimonio. El respaldo de las mesas por parte del Rector tuvo implícito el propósito no de imponer un modelo de gobernanza sino una transformación participativa, haciendo de la cooperación propositiva un principio fundamental de la nueva gobernanza en el Externado. A nivel de teoría organizacional, mi campo de estudio, como profesor de Facultad de Administración de Empresas, puedo con conocimiento del tema afirmar que la participación genera cambios dinámicos o innovaciones perdurables frente a retos y desafíos comunes y de interés general que harán que el Externado perdure por siempre.

A pesar de los logros en el fortalecimiento de los principios de la gobernanza todavía quedan retos y desafíos. Los cambios demográficos, nuevas tendencias en la educación y el marco regulatorio de acreditación, suponen formas de medición de la calidad orientadas a la estandarización, limitando la autonomía investigativa y de cátedra. Esto presume desafíos sobre cómo vamos a medir la calidad de la contribución docente e investigativa, ¿Serán pertinentes los indicadores orientados a los «rankings» o a las necesidades del país y el desarrollo humanístico de nuestros estudiantes? En mi opinión si debemos participar en ranking, debería ser en el ranking de la diversidad, la sostenibilidad o el de las mejores experiencias de aprendizaje.


Igualmente, la reducción de los ingresos de las universidades, situación que también ha afectado al Externado, sumado a las medidas de choque para enfrentar la pandemia, acentuaron el déficit operativo de nuestra universidad significativamente. Dicho déficit inclinará muy posiblemente a la universidad a un modelo gestión orientado a la productividad. Esto implica el reto de to@s para la búsqueda de una estrategia presupuestaria que disminuya el déficit operacional, pero también el desarrollo de un modelo de gestión que garantice la posibilidad de una exploración constante y creciente del conocimiento, con independencia de los vaivenes de los ingresos por matriculas de la universidad.


Esta situación, la búsqueda de la estabilidad financiera sin sacrificar la independencia investigativa y la calidad docente implica encontrar nuevas fuentes de ingresos que permitan sufragar progresivamente la investigación, pilar fundamental de nuestra universidad. Creo que encontrar un modelo de operación equilibrado entre el crecimiento y la sostenibilidad es complejo. Esto requerirá de nuevas apuestas en el desarrollo de capacidades estratégicas explotativas y explorativas. No obstante, requiere el concurso de tod@s para lograr que nuestra universidad logre la sostenibilidad operativa y el desarrollo profesoral que soñamos en el cumplimiento de nuestrade nuestra misión superior.



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1 Ver más sobre este debate en HOEVEL, Carlos. La industria académica. La universidad bajo el imperio de la tecnocracia global. 2021.

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